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miércoles, 28 de abril de 2010

La primera consulta

A partir de la pubertad existe un período de maduración, en el cual los cambios físicos se producen a mayor velocidad que la parte cognoscitiva y psicosocial. El período considerado como adolescencia, resulta un tema polémico, por eso se recomienda la primera consulta ginecológica a los 18 años.


E1 estímulo que desencadena los mecanismos inductores de la pubertad es desconocido. Entre otros factores, el peso, la composición corporal, y la luz estarían involucrados en la maduración de una serie de estructuras del SNC necesarias para la producción de las hormonas sexuales.

La corteza cerebral, la glándula pineal, el sistema reticular, el hipotálamo y el gonadostato, al madurar aumentan la sensibilidad de este último incrementándose la producción de la hormona liberadora de gonadotrofinas (LH-RH). Dicha hormona se genera en pulsos con predominio nocturno.

La FSH predomina en un principio sobre la LH, lo cual favorece la formación del folículo ovárico y la producción de estrógenos. Estos al actuar sobre sus órganos blancos, producen crecimiento corporal, desarrollo del vello sexual y del clítoris, así como otros caracteres sexuales secundarios. También favorece la formación del cuerpo lúteo y la producción de progesterona, que a su vez induce el desarrollo de mamas, útero y vagina.

Cuando culmina la secuencia de los procesos descritos, se produce la secreción de FSH/LH preovulatoria como consecuencia de la retroalimentación positiva de los esteroides sexuales a nivel hipotálamo-hipofisiario.

La clasificación de Tanner gráfica claramente esta serie de cambios que se producen en las niñas.

Anamnesis y examen físico

La barrera inicial que debe superar el médico, es la información errada o deformada que posee la paciente antes de la primera consulta. Los factores culturales y socioeconómicos hacen que el médico se enfrente con adolescentes que expresan sentimientos de vergüenza, temor y rechazo ante la inminencia de la exploración física de los genitales. Dicha conducta en la paciente, tiende a esconder información valiosa para un diagnóstico acertado.


Se debe tener presente la preocupación y aceptación que la adolescente otorgue a su imagen corporal, la cual ha sufrido cambios sustanciales en poco tiempo.


Por otro lado, el consultorio debe contar con ciertas facilidades que permitan que el examen se realice en un ambiente de comodidad y tranquilidad. Nos referimos a condiciones elementales como: cerrar la puerta con llave para evitar entradas inoportunas, el empleo de un biombo, facilitar una bata de examen, etc.


Los padres de la paciente pueden estar presentes si ella lo desea en la exploración. El médico debe explicar a la paciente las maniobras que realiza e informar de la normalidad en los hallazgos. El sexo del médico determinará la posición de la paciente en el momento del examen. Si es varón, la posición será semisentada, la cual permite un mejor contacto visual paciente-examinador disminuyendo la ansiedad. Mientras si es mujer, la paciente adoptará la posición supina. El momento es propicio para instruir a la joven sobre medidas preventivas como la exploración mamaria periódica y el Papanicolau anual.

La exploración consiste en examinar los genitales en búsqueda de anomalías anatómicas y flujo vaginal, además del tacto rectal para evaluar los anexos. Se concluye el examen con la palpación bimanual y tacto vaginal, introduciéndose uno o dos dedos en la vagina.

Fuente: La Revista Médica Vol- N°1 Abril